Pasaje: Salmos 109 - Versión: Reina Valera 1995
Clamor de venganza
1Dios de mi alabanza,no calles, 2porque boca de impío y boca de engañador
se han abierto contra mí;
han hablado de mí con lengua mentirosa. 3Con palabras de odio me han rodeado
y pelearon contra mí sin causa. 4En pago de mi amor me han sido adversarios;
pero yo oraba. 5Me devuelven mal por bien
y odio por amor. 6Pon sobre él al impío
y Satanás esté a su diestra. 7Cuando sea juzgado, salga culpable,
y su oración sea para pecado. 8Sean pocos sus días,
tome otro su oficio. 9Queden sus hijos huérfanos
y su mujer viuda. 10Anden sus hijos vagabundos y mendiguen;
procuren su pan muy lejos de sus desolados hogares. 11Que el acreedor se apodere de todo lo que tiene
y extraños saqueen su trabajo. 12No tenga quien le haga misericordia
ni haya quien tenga compasión de sus huérfanos. 13¡Su posteridad sea destruida;
en la segunda generación sea borrado su nombre! 14Venga en memoria ante Jehová la maldad de sus padres
y el pecado de su madre no sea borrado. 15Estén siempre delante de Jehová
y él corte de la tierra su memoria, 16por cuanto no se acordó de hacer misericordia,
y persiguió al hombre afligido y menesteroso,
al quebrantado de corazón, para darle muerte. 17Amó la maldición, y ésta le sobrevino;
no quiso la bendición, ¡y ella se alejó de él! 18Se vistió de maldición como de su vestido;
entró como agua en su interior
y como aceite en sus huesos. 19Séale como vestido con que se cubra
y en lugar de cinto con que se ciña siempre. 20Sea éste el pago de parte de Jehová a los que me calumnian
y a los que hablan mal contra mi alma. 21Y tú, Jehová, Señor mío,
favoréceme por amor de tu nombre;
líbrame, porque es buena tu misericordia, 22porque yo estoy afligido y necesitado,
y mi corazón está herido dentro de mí. 23Me voy como la sombra cuando declina;
¡soy sacudido como una langosta! 24Mis rodillas están debilitadas a causa del ayuno
y mi carne desfallece por falta de gordura. 25Yo he sido para ellos objeto de oprobio;
me miraban y, burlándose, meneaban su cabeza. 26¡Ayúdame, Jehová, Dios mío!
¡Sálvame conforme a tu misericordia! 27Y entiendan que ésta es tu mano;
que tú, Jehová, has hecho esto. 28Maldigan ellos, ¡pero bendice tú!
Levántense, pero sean avergonzados, y que se regocije tu siervo. 29Sean vestidos de ignominia los que me calumnian;
¡sean cubiertos de confusión como con manto! 30Yo alabaré a Jehová en gran manera con mi boca;
en medio de la muchedumbre lo alabaré, 31porque él se pondrá a la diestra del pobre,
para librar su alma de los que lo juzgan.
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