Pasaje: Salmos 51 - Versión: Reina Valera 1995
Arrepentimiento, y plegaria pidiendo purificación
1Ten piedad de mí, Dios,conforme a tu misericordia;
conforme a la multitud de tus piedades
borra mis rebeliones. 2¡Lávame más y más de mi maldad
y límpiame de mi pecado!, 3porque yo reconozco mis rebeliones,
y mi pecado está siempre delante de mí. 4Contra ti, contra ti sólo he pecado;
he hecho lo malo delante de tus ojos,
para que seas reconocido justo en tu palabra
y tenido por puro en tu juicio. 5En maldad he sido formado
y en pecado me concibió mi madre. 6Tú amas la verdad en lo íntimo
y en lo secreto me has hecho comprender sabiduría. 7Purifícame con hisopo y seré limpio;
lávame y seré más blanco que la nieve. 8Hazme oír gozo y alegría,
y se recrearán los huesos que has abatido. 9Esconde tu rostro de mis pecados
y borra todas mis maldades. 10¡Crea en mí, Dios, un corazón limpio,
y renueva un espíritu recto dentro de mí! 11No me eches de delante de ti
y no quites de mí tu santo espíritu. 12Devuélveme el gozo de tu salvación
y espíritu noble me sustente. 13Entonces enseñaré a los transgresores tus caminos
y los pecadores se convertirán a ti. 14Líbrame de homicidios, oh Dios, Dios de mi salvación;
cantará mi lengua tu justicia. 15Señor, abre mis labios
y publicará mi boca tu alabanza, 16porque no quieres sacrificio, que yo lo daría;
no quieres holocausto. 17Los sacrificios de Dios son el espíritu quebrantado;
al corazón contrito y humillado no despreciarás tú, oh Dios. 18Haz bien con tu benevolencia a Sión.
Edifica los muros de Jerusalén. 19Entonces te agradarán los sacrificios de justicia,
el holocausto u ofrenda del todo quemada;
entonces se ofrecerán becerros sobre tu altar.
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