Pasaje: Marcos 8:22-26 - Versión: Reina Valera 1960
Un ciego sanado en Betsaida
22Vino luego a Betsaida; y le trajeron un ciego, y le rogaron que le tocase. 23Entonces, tomando la mano del ciego, le sacó fuera de la aldea; y escupiendo en sus ojos, le puso las manos encima, y le preguntó si veía algo. 24El, mirando, dijo: Veo los hombres como árboles, pero los veo que andan. 25Luego le puso otra vez las manos sobre los ojos, y le hizo que mirase; y fue restablecido, y vio de lejos y claramente a todos. 26Y lo envió a su casa, diciendo: No entres en la aldea, ni lo digas a nadie en la aldea.
Copyright © 1960 by American Bible Society (http://www.americanbible.org)
22Vino luego a Betsaida; y le trajeron un ciego, y le rogaron que le tocase. 23Entonces, tomando la mano del ciego, le sacó fuera de la aldea; y escupiendo en sus ojos, le puso las manos encima, y le preguntó si veía algo. 24El, mirando, dijo: Veo los hombres como árboles, pero los veo que andan. 25Luego le puso otra vez las manos sobre los ojos, y le hizo que mirase; y fue restablecido, y vio de lejos y claramente a todos. 26Y lo envió a su casa, diciendo: No entres en la aldea, ni lo digas a nadie en la aldea.
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