¿Creéis que Jesucristo fue concebido por obra del Espíritu Santo? Sí. Ya sabemos que mucha gente se burla de esto. Ya los fariseos le insinuaron a Jesús que era bastardo (Juan 8:41), y en tiempos de los primeros cristianos muchos se burlaron de ellos porque creían que María concibió siendo virgen. Y de hecho, si cualquiera viniera diciendo que Él fue concebido así, lo tendriamos por un farsante o por loco. Pero insistimos; Jesús no era un "cualquiera". Y no es descabellado creer que alguien que fue tan extraordinario mientras anduvo en el mundo y que salió de él de forma tan extraordinaria (resucitando y ascendiendo al cielo), también hubiera de entrar en el mundo de manera extraordinaria. ¿No?
¿Creéis que Dios creó todo en siete días, como cuenta el Génesis? Creemos que Dios creó todo y que lo hizo en seis días, y el séptimo descansó, como dice el Génesis. La Biblia afirma que Dios diseñó y creó todas las cosas: "Desde la creación del mundo, sus atributos invisibles, su eterno poder y divinidad, se han visto con toda claridad, siendo entendidos por medio de lo creado" (Romanos 1:20). Esto significa que no somos producto de la casualidad, sino resultado de la voluntad del Dios Creador, que nos ama.
¿Creéis en el purgatorio? No. ¿Y por qué no? Pues para explicarlo bien nos valdrán dos de las razones que don Carlos de Seso, uno de los personajes de la novela de Delibes "El hereje", da a Cipriano Salcedo para no creer que lo haya: En primer lugar, que, si Cristo ha pagado por todos nuestros pecados en la cruz, ¿qué necesidad hay de que tengamos que purgar nosotros por ellos? Y, en segundo lugar, que ni los Evangelistas ni ningún otro autor del Nuevo Testamento aluden al purgatorio en todos sus escritos. Es más, la epístola de Hebreos (He 10:11-18) no podría decirlo más claro: "Ciertamente todo sacerdote está día tras día ministrando y ofreciendo muchas veces los mismos sacrificios, que nunca pueden quitar los pecados; pero Cristo, habiendo ofrecido una vez para siempre un solo sacrificio por los pecados, se ha sentado a la diestra de Dios (...); porque con una sola ofrenda hizo perfectos para siempre a los santificados. Y nos atestigua lo mismo el Espíritu Santo: (...) "Nunca más me acordaré de sus pecados y transgresiones".Cuando quedan, pues, perdonados los pecados, ya no es menester ofrenda por el pecado. ¡El sacrificio de Cristo es suficiente para borrar todos nuestros pecados, de modo que Dios no se acuerde nunca más de ninguno de ellos! Esas son precisamente las buenas noticias del Evangelio. Y hemos de atenderlas o desoírlas ahora, entre tanto que hay tiempo, porque "está esbablecido para los hombres que mueran una sola vez, y después de esto el juicio" (Hebreos 9:27). ¿Vamos a insistir en pagar lo que ya el Hijo de Dios pagó en la cruz por nosotros? Aceptemos con fe su perdón y su gracia, y dejemos de confiar en cualquier otro recurso, que no tendrá validez a la hora de comparecer ante Dios en el juicio.
Vosotros creéis en la Biblia, ¿pero aceptáis también la tradición? Efectivamente creemos en la Biblia y la consideramos un libro fiable. En cambio, no creemos que la tradición siempre lo sea, especialmente cuando contradice lo que la Biblia enseña. El mismo Señor Jesús rechazó la tradición de los escribas y fariseos por eso mismo, porque contradecía lo que enseñaban las Escrituras: "Habéis invalidado el mandamiento de Dios por vuestra tradición. Hipócritas, bien profetizó de vosotros Isaías, cuando dijo: Este pueblo de labios me honra; mas su corazón está lejos de mí. Pues en vano me honran, enseñando como doctrinas mandamientos de hombres" (Mateo 15:6-9)
¿Qué actividades realizáis en vuestra congregación? Las actividades que realizamos son muy diversas; desde campamentos, excursiones y clases de niños, hasta visitas a residencias de ancianos o iniciativas para la divulgación de la Biblia. Pero si pensamos en los cultos que celebramos en nuestro local de reuniones, nos ceñimos a los que celebraban los primeros cristianos, según sabemos por los Hechos de los Apóstoles: "Perseveraban en la doctrina de los apóstoles, en la comunión unos con otros, en el partimiento del pan y en las oraciones" (Hechos 2:42) Cuatro cosas: Imitando eso mismo, buscamos tener abundante comunión y compañerismo unos con otros. Tenemos reuniones para estudiar la doctrina de los apóstoles, y en general la Biblia. Una reunión de oración, en la que adoramos al Señor y le presentamos nuestras inquietudes y peticiones. Y una reunión de "Partimiento del Pan", donde alabamos juntos a Dios celebrando la muerte, resurrección y segunda venida del Señor Jesucristo, y participando del pan y del vino, símbolos de su cuerpo y su sangre. De este modo obedecemos el mandato del Maestro - "Haced esto en memoria mía" (Lucas 22:19), "hasta que Él venga" (1™ Corintios 11:26).
¿Cómo os financiáis? Esto de la financiación es un tema delicado en el que hay que ser completamente transparentes. ¡Demasiadas organizaciones hay ya que han hecho de la religión un negocio y comercian con el nombre de Dios! Nosotros nos financiamos única y exclusivamente de las ofrendas voluntarias y secretas que hacemos los miembros de la congregación. No recibimos dinero del Estado ni de ninguna organización internacional que gestione nuestros fondos. (Entre los primeros cristinos no había nada de eso). Tampoco desarrollamos ninguna actividad lucrativa para sacar dinero a otros. Como ves, está página (lo mismo que todo el material que ofrecemos) es gratuito. Eso quiere decir que lo costeamos nosotros. Así lo mandó el Señor Jesús: "De gracia recibisteis, dad de gracia (es decir, gratis) (Mateo 10:8). Si alguien recibe de Dios gratuitamente el perdón y la paz de la que hemos hablado antes, no es gran cosa si da algo de lo que tiene también gratuitamente.
¿Cómo os organizáis en vuestra religión? Bueno, en realidad preferimos decir que no tenemos religión, si por religión se entiende una instutición jerarquizada y estructurada a nivel internacional, con una sede central. No tenemos nada de eso. Más bien tratamos de imitar a los primeros cristianos, que se reunían con sencillez, muchas veces en sus propias casas, y se organizaban en congregaciones locales independientes. Sí que reconocían la autoridad dada por Jesucristo a los apóstoles (la mayoría de los cuales vivía en Jerusalén) y seguían las enseñanzas que ellos daban; pero no tenían diócesis, ni obispados, ni arzobispados, ni nada de eso. Tenemos el ejemplo de la iglesia de Antioquía, que no tuvo que consultar a instancias superiores para enviar a Bernabé y a Pablo en su primer viaje misionero (Hechos 13:1-3) o los mensajes de Dios a las siete iglesias de Asia Menor en Apocalípsis (caps. 2 y 3). Por eso nosotros no tenemos sede ni jerarquía, ni nacional, ni internacional. Eso sí; tenemos comunión con miles de cristianos de todo el mundo que se organizan de forma parecida.
¿Qué Biblia usáis vosotros? Bueno, Biblia no hay más que una. Lo que hay son diferentes versiones (o sea, traducciones) de la Biblia original, escrita en hebreo y griego. Nosotros aceptamos cualquier versión de la Biblia, si bien solemos usar la traducción de Casiodoro de Reina, de 1.569 (revisada posteriormente), que fue la primera traducción de la Biblia que se hizo al castellano. En caso de usar otras versiones, como las distintas versiones católicas que existen, lo único que no admitimos son algunos libros del Antiguo Testamento: Tobías, Judit, Macabeos, Sabiduría, Eclesiástico y Baruc. ¿Por qué? Porque los judíos no los tienen en su canon, y fue a ellos a quienes fue encargada la transmisión de la revelación antigua. |