Revista cristiana: "Mientras esperas" - Número 3

Nuestra portada

En la fría estación del invierno, con temperaturas bajo cero y rodeado de nieve por todas partes, a veces se descubre una mancha de color, morado, rosa, amarillo, blanco, que ilumina un espacio inhóspito y aparentemente poco propicio para florecer. Son los crocos, esas pequeñas flores que alegran el invierno y que tiñen de color enormes espacios en muchos lugares del mundo.

El croco es un ejemplo de perseverancia, de lucha contra las inclemencias externas. Su bulbo se mantiene enterrado durante casi todo un año, seco, aletargado, ignorado por todos, oculto...

Pero dentro de ese diminuto bulbo hay un germen de vida, la vida está en él esperando el momento propicio para eclosionar.

Al croco no le asusta al sacar al exterior su nariz (como se llama en jardinería al pico del bulbo), la extrema condición climatológica con la que se enfrentará, es parte de su vida, de su propia naturaleza, está acostumbrado a luchar y a florecer cada año en los momentos mas duros del invierno.

Por eso hemos traído el croco a nuestra portada; para que gráficamente puedas comprobar que tú también en medio de las mayores inclemencias con las que se enfrenta tu existencia, puedes tener ánimo y afrontar la vida; para que en medio de tus dificultades seas capaz de esbozar una sonrisa, de tender una mano al necesitado (aunque tú pienses que tú la necesitas más que él), y seas capaz de derrochar luz y color en medio de una sociedad a la que, en muchas ocasiones, las circunstancias la hacen aparecer como gris y carente de ilusiones.

Si hay en ti ese germen de vida, no importa lo difícil que sea el lugar donde estés plantado o las circunstancias duras por las que estés pasando, porque a través de esa vida que hay en ti, saldrás adelante y podrás iluminar y salpicar de color con tu presencia el entorno sombrío en el que te muevas.